Windows 8 ya tiene un par de semanas en el mercado y, aunque la mayoría de las evaluaciones han sido positivas, parece que la respuesta de los consumidores no han sido la mejor. Según una fuente anónima dentro de la compañía, las ventas de Windows 8 han sido decepcionantes y están por debajo de las proyecciones internas. La preocupación fue originalmente reportada por Paul Thurrott y publicada en su blog, Supersite for Windows.
Según la fuente de Thurrott, la principal razón para el bajo rendimiento de ventas es la “inhabilidad de entregar” una máquina adecuada para aprovechar el nuevo sistema operativo por parte de los socios de hardware de Microsoft. Aunque todavía los fabricantes no han puesto todos sus productos en el mercado, Thurrott asegura que Microsoft está empezando a dudar sobre la estrategia de tener socios de hardware. Eso refuerza la jugada del Surface, que fue fabricado como un dispositivo para marcar el diseño que deberían tener las tabletas de Windows 8.
La única cifra que Microsoft ha publicado sobre las ventas de Windows 8 es la de las 4 millones de copias que vendieron en los primeros tres días.
Thurrott además asegura que no tiene mucho sentido tener dos tipos de Windows que no corren los mismos programas. CNET habló con Roger Kay, analista de EndPoint Technologies, que aseguró que “la división entre Windows 8 Pro y RT ha dificultado el posicionamiento de Windows 8″.
El plan de lanzamiento, dice el bloguero, no ha sido muy coherente. Thurrott explicó que no tiene mucho sentido lanzar Windows 8 y no lanzar la Surface Pro. La Surface normal corre sobre una arquitectura ARM, lo que elimina el soporte para varios programas empresariales y aumenta la confusión para los consumidores.
Todos estos problemas se han reflejado en un bajo nivel de ventas, si se puede creer en la fuente de Thurrott. Y eso que todavía falta meterle el ingrediente del despido de Sinofsky. Aunque todavía es temprano para analizar el éxito del nuevo sistema operativo, las primera noticias no son buenas. En enero será un mejor momento para hacer un análisis más exhaustivo.
